Por Jorge Casado
Hace unos meses el país lloró y sintió la muerte del artista y humanista Freddy Beras Goico.
Este viernes 11, a prima tarde, se repite otra lamentable perdida con el fallecimiento del cardiólogo y filántropo Luis R. Cuello Mainardi,luego de padecer varias dolencias de salud.
Para los que no conocen quizás, Freddy y Cuello Mainardi, se constituyeron en la mutual humanitaria que para el año 1985 creó la Fundación Corazones Unidos, para asistir a los los niños y niñas con enfermedades cardiovasculares, con posibilidades de vida, y los cuales no podían ser operados en el país.
Desde ese entonces, por muchos años, el programa El Gordo de la Semana fue el medio de comunicación donde se canalizó la mayoría de las solicitudes de ayudas económicas y de logística para hacer posible los procesos de recuperación de la salud de los más necesitados.
En el referido programa de televisión se vieron muchas lágrimas de impotencia y otras muchas de satisfacción y alegría, en ojos de sus promotores, del público y de los familiares de los pacientes favorecidos.
Con el tiempo los dominicanos hicieron suyo el compromiso de colaborar con la Fundación Corazones Unidos, amparados en la confianza y transparencia del trabajo profesional que demostró con su gerencia el que hoy muchos califican como el "Padre de la cardiología moderna."
Cuello Mainardi, merecedor de decenas de reconocimientos en vida, de seguro que ahora recibe bendiciones y deseos de paz, por agradecimiento, de todos aquellos que han podido recuperar y garantizar los latidos de sus corazones que una vez estuvieron enfermos.
Pero no basta con reconocer las buenas acciones de un hombre que entregó su vida hasta el día de su muerte, a los 82 años.
Reconozcamos sus aportes, perpetuando su legado, sólo colaborando en la medida de nuestras posibilidades con la Fundación Corazones Unidos, ya que debe continuar, porque muchos la necesitan.
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