Afirma esos ritmos transmiten falsos valores a la sociedad
López Rodríguez también cuestionó a la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, por considerar que es inoperante y no establece los controles que les confiere la ley sobre la materia.
Entrevistado luego de concluir la bendición e inauguración de una parroquia en el sector Clarín, del barrio La Ciénaga de Guachupita, el arzobispo Metropolitano de Santo Domingo consideró que el contenido de las canciones de los reguetoneros “signifca que tenemos una escala de valores muy deficiente, muy baja”.
Sugirió que para enfrentar esos desvalores los grandes compositores, que pueden transmitir un buen mensaje y que pueden componer una buena música, se esfuercen un poco más y “no dejen los escenarios a esta gente chabacanas, vulgares, que no tienen nada qué ofrecer”.
Sostuvo que esos intérpretes son “gente que su estilo de vida y su manera de pensar no contribuyen a levantar el ánimo de la juventud a ser mejores personas”.
Opinó que a la sociedad se debe dar “mejores composiciones musicales, que transmitan mensajes de valor, de estímulos, de unidad a la comunidad, que no sea este degenerar chabacano que tenemos hoy en día”.
Al cuestionar el papel que ha jugado la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía respecto a los contenidos de esos ritmos musicales, manifestó que siempre se ha insistido en que ésta debe ser más operante, pero se quejó de que siempre se hace poco para establecer una mejor supervisión y controles.
La definió como una entelequia que nunca ha funcionado y que ha actuado presionada por quienes reclaman “libertad”.
Sin embargo, enfatizó que libertad no significa libertinaje, sino la capacidad de los ciudadanos de disponer de su tiempo, de su espacio, de su vida, pero conforme a una escala de valores.
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